domingo, 1 de enero de 2012

Iaacov vivió en la tierra de Egipto

47:28      Iaacov vivió en la tierra de Egipto diecisiete años. Y fueron los días de Iaacov, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.

La mejor vida que tuvo Iaacov fue en Egipto, donde vivió con alegría y paz (ver Zohar I, 111b).
¿Cómo es que en la Tierra Santa, Iaacov no alcanzó la paz y sí en Egipto, una tierra impura donde sus descendientes sufrirían bajo la esclavitud?

El nivel más elevado de alegría surge cuando uno se hace cargo de la tristeza y de la depresión y las transforma en regocijo. El exilio corresponde a la tristeza y a la depresión; la respuesta de Iaacov nos muestra cómo transformar sus efectos. Iaacov “vivió en la tierra de Egipto” - él sabía que el exilio continuaría hasta que fuesen recolectadas todas las chispas de santidad. Pero pudo encontrar paz e incluso alcanzar una gran alegría en Egipto, porque él y sus descendientes se fortalecieron con la regocijante promesa de la Redención Futura (Likutey Halajot II, p. 158a).


47:31      “¡Júramelo!”. Y se lo juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de su cama.
Israel se inclinó sobre la cabecera de su cama

Su “cama” era pura: él tenía doce hijos, todos temerosos de D" y ninguno era malvado. Por lo tanto generó una gran unidad Arriba. Él se inclinó hacia su cama y agradeció por su buena fortuna.

El hecho de que Iaacov se inclinase hacia la cama corresponde a la plegaria (Likutey Moharán I, 9). Las tres primeras bendiciones del Shmone Esere son alabanzas a D" y las tres bendiciones finales son de agradecimiento, la parte central de esta plegaria está compuesta por doce bendiciones que corresponden a las Doce Tribus (Likutey Halajot I, p. 360).

48:1        Y aconteció después de estas cosas, que se le dijo a Iosef: “He aquí, tu padre está enfermo”; y él tomó consigo a sus dos hijos, Menashé y Efraím.

Tu padre está enfermo

Hasta Iaacov, no había enfermedad previa a la muerte. La persona estornudaba y su alma partía. Iaacov oró pidiendo la enfermedad, para que la persona tuviera tiempo de preparar un testamento para sus herederos y despedirse de su familia antes de fallecer (Bava Metzía 87a).

El legado más importante que uno puede dejarle a sus hijos y descendientes es el conocimiento del servicio a D". Así, cuando Iaacov estuvo en su lecho de muerte y llamó a sus hijos, todos aceptaron su encargo y recitaron, “¡Escucha, Israel! D" es nuestro Señor. D" es Uno” (Likutey Halajot VIII, p. 48a).

De manera similar, escribe el rabí Natán, el propósito principal de un testamento es ordenarles a los hijos que sigan en los caminos de D". Si bien Iaacov había sido bendecido con hijos que eran todos piadosos y temerosos de D", sabía que debía inspirar en ellos un sentimiento mayor por la Divinidad, para asegurar su continua lealtad a D" luego de su partida. Por lo tanto oró pidiendo la enfermedad, algo que hizo que su familia se reuniese a su alrededor y le diese la oportunidad de trasmitirle su conocimiento de D" (Ibid., V, p. 262a).

Menashé y Efraím

Ellos nacieron en Egipto, pero aun así fueron Tzadikim. Sus nombres reflejan las propias dificultades de Iosef en Egipto y cómo las superó. MeNaShé (מנשה) fue así llamado “debido a que D" me hizo olvidar (נשני, NaShani) mis dificultades” (Génesis 41:51). Aunque Iosef tuvo que pasar por circunstancias muy difíciles, comprendió que D" estaba con él y que lo estaba ayudando a olvidar sus tribulaciones para que pudiese mirar hacia adelante, hacia una vida mejor. EFRaim (אפרים) fue así llamado “porque D" me hizo fructificar (הפרני, hiFRani) en la tierra de mis sufrimientos” (Ibid., 41:52). Pese a todo el mal que lo rodeaba, Iosef fue capaz de hacerse meritorio y de crecer (Likutey Halajot III, p. 156).

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