jueves, 23 de febrero de 2012

El Arma de la Plegaria

La plegaria es tu arma principal. Es posible que debas luchar muchas batallas, tanto con la Mala Inclinación como con muchas otras cosas que te impidan servir al Santo, Bendito sea. Será con la plegaria que podrás conquistarlas.

     Si deseas alcanzar la santidad, deberás abocarte con dedicación a la plegaria y a la conversación con el Santo, Bendito sea. Esas son tus armas principales. Con ellas podrás ganar esta guerra.

     Es posible que hayas estado orando y meditando durante muchos días y años y aún así sientas que te encuentras lejos del Santo, Bendito sea. Podrá llegar a parecerte que Él se ha escondido y que ha ocultado Su rostro de ti. Aún así, no debes pensar que Él no escucha tus plegarias y tu meditación. Por el contrario debes tener fe en que el Santo, Bendito sea, escucha y le presta atención a cada  una de las palabras de cada plegaria, de modo que ni una palabra se pierde.

     Sin embargo, es posible que cada palabra sólo haga una pequeña impresión arriba, cuando llega a despertar la Misericordia Divina. De modo que toma mucho tiempo conformar una estructura completa donde tú puedas entrar.

     Si no eres tonto, no perderás el ánimo al ver pasar los días y los años. Más bien, te fortalecerás en tus plegarias. Y el Santo, Bendito sea, expresará Su amor como resultado de tus muchas plegarias. Entonces Él Se volverá hacia ti y Te iluminará, cumpliendo todos tus deseos.

     A veces podrás ser digno de recibir alguna ayuda Divina o de alcanzar algún grado de cercanía con el Santo, Bendito sea. No pienses que fue debido a tus plegarias y buenas acciones que fuiste digno de ello. Toda buena acción proviene del Santo, Bendito sea. Así interpretan nuestros sabios las palabras del Santo, Bendito sea, "¿Quién me ha dado a Mí algo, para que Yo tenga que recompensarle?" (Job 41:3) como indicando que Él está diciendo, "¿Quién puede hacer una Mezuzá para Mí antes que yo le hubiera dado a él una casa?" (Vaikrá Rabah 27:2). Si no fuera por la misericordia Divina, uno se hundiría en el mal pese a sus plegarias.

viernes, 17 de febrero de 2012

El Baile

       Cuando se baila como una mitzvá - por ejemplo, cuando se bebe vino en Shabat o en una festividad, o en una boda o en alguna comida donde ello es una mitzvá; y se bebe con moderación en aras del Cielo para despertar la alegría por el hecho de ser judío, que es regocijarse en D", “Quien nos eligió de entre todas las naciones”; y cuando se bebe de esa manera, y uno se inspira con alegría al punto en que esa alegría se extiende hacia los pies y uno baila de felicidad - entonces, mediante esa clase de baile, se anulan todas las “fuerzas externas que se aferran a los pies” y se mitigan y se anulan todos los juicios severos. La persona que baila de esta manera recibe todas las bendiciones, y el fervor de su danza es “una ofrenda ígnea, una fragancia agradable para D” (Números 28:8). Sin embargo, si la persona baila con el fervor de la mala inclinación, ello es considerado “un fuego extraño” (Levítico 10:1) y el vino que bebe es un “vino intoxicante” que hace que las fuerzas externas se aferren a ella, D" no lo permita.  
      Así, la danza sagrada mitiga los juicios severos, al igual que la redención (pidion) efectuada por un Tzadik. Pues cuando se le da al Tzadik el dinero para la redención, éste coloca sus manos sobre el dinero, que es denominado “pilares” -es decir, los pies [como en el versículo, “Los bienes a sus pies” (Deuteronomio 11:6), que nuestros Sabios, de bendita memoria, explican como haciendo referencia al dinero(Pesajim 119a)]- y los pies son un aspecto del juicio estricto, dado que la palabra EKeV (talón) tiene el mismo valor numérico que dos veces ELoHIM [el Nombre de D" asociado con el juicio severo]. Al colocar las manos sobre el dinero, el Tzadik hace descender hacia éste la raíz del juicio severo, que es el Nombre de D" de Cuarenta y dos Letras en Biná, para mitigar así el juicio estricto del dinero. Pues tres veces el valor numérico de IaD (mano) da cuarenta y dos, y la mano del Tzadik encarna y hace descender el poder de las tres “manos”: la “mano grande”, la “mano poderosa” y la “mano levantada”. El Nombre de Cuarenta y dos Letras está compuesto por siete Nombres separados, cada uno de los cuales consiste de seis letras, y el Tzadik, al tomar el dinero, se concentra en hacer que descienda hacia los “pilares” las vavim [que significan tanto “ganchos” como “seis”, haciendo referencia aquí a ese Nombre de seis letras]. El resultado es entonces conocido como “Los ganchos de los pilares y sus molduras de plata” (Éxodo 27:10) - pues mediante el ajuste y la unión de los “ganchos” [i.e., las vavim, los Nombres de seis letras] con los “pilares” [que son el dinero, los pies], se genera la plata -que es aspecto de bondad- y se mitigan los juicios severos. Por lo tanto, es bueno que la persona se acostumbre a darles dinero como pidion a los Tzadikim y a las personas temerosas de D", para mitigar y anular los juicios estrictos que pesan sobre ella. Incluso si uno no se encuentra en una particular dificultad, D" no lo permita, igualmente debe dar dinero con frecuencia como una redención para mitigar los juicios severos que pesan sobre uno y evitando así llegar a cualquier clase de aflicción, D" no lo permita.  

jueves, 9 de febrero de 2012

A Tí Querido Hermano


Debes saber que el Santo, Bendito sea, toma Su gloria hasta del más insignificante de los Hijos de Israel, incluso de los pecadores de Israel. Cada uno  mientras pueda ser llamado con el nombre de Israel – le da al Santo una gloria particular que ningún otro Le puede dar. Se sigue de aquí que nadie debe perder las esperanzas respecto al Santo, Bendito sea. Ni aún si ha causado el peor de los daños, el Señor no lo permita, pues pese a ello el amor del Santo, Bendito sea, por él no ha cesado. Esta persona aún puede retornar. Son los hombres de la verdad (anshei emet) quienes pueden detectar el bien y la gloria que se encuentran hasta en los más pecadores y elevar todo hacia el Santo, Bendito sea.
                                                                                                           Meshivat Nefesh


                              ALIM LETRUFA
Sea lo que fuere que le esté sucediendo a una persona en cualquier momento de su vida, desde su infancia hasta su edad adulta, eso es precisamente lo que deberá utilizar para acercarse a D”.
La persona es empujada lejos de D” sólo para hacer que vuelva a Él. Las barreras sólo existen para aumentar el deseo de estar más cerca. Ocultas en todo sufrimiento hay bondades de D”, y en cada injusticia hay algo de equidad. En todo juicio estricto hay bondad, y D” está en todas nuestras caídas y depresiones espirituales. En todos los conflictos del mundo, ya sean a escala global, en cada ciudad, entre vecinos o en cada hogar, está oculta la paz. En los malos tiempos hay buenos tiempos. El principio general es que “el mundo entero está lleno de Su gloria”, la bondad y la generosidad de D” llenan el mundo, y todo es para nuestro bien. No hay lugar en donde Él no esté presente. Pero saber todo esto y recibir de ello vitalidad y sustento depende del Tzadik, quien es el cimiento del mundo y quien sustenta al mundo. ¡Cómo puedo agradecerle a D” por todo el bien que Él me ha dado permitiéndome saber esto con tanta claridad! Con esta comprensión la persona puede acercarse a D” todos los días, en todo momento y en todo lugar.
                                                                                       ALIM LETRUFA        Carta #339

domingo, 5 de febrero de 2012

Los Dos Caminos

Si la persona desea retornar necesitará ser experta en las dos clases de aspectos de la Ley. Experta en el “correr” y experta en el “volver” (Ezequiel 1:14). Estos dos conceptos subyacen bajo las palabras del Salmo. La habilidad en el correr es necesaria en el momento de “ascender a los Cielos.” La pericia en el volver es necesaria “si en el infierno tiendo mi lecho.” La persona que quiera hacer “teshuvá” deberá hacerse fuerte y fortalecerse a cada instante en los caminos del Santo, Bendito sea. Si asciende en su búsqueda, “Si asciendo a los Cielos,” – entonces – “allí estás Tú.” Y si experimenta una caída – “si en el infierno tiendo mi lecho” – aún allí encontrará al Santo, Bendito sea: “allí estás Tú.”

  Esto significa que si es digno de ascender hasta un nivel, grande o pequeño, no deberá permanecer allí. No debe contentarse con eso. La habilidad consiste en saber y creer que aún debe avanzar mucho más. Esta es la idea de ser experto en el “correr.” Por el otro lado, aún si cayera, el Señor no lo permita, entonces, sin importar el lugar al cual haya descendido, aunque fuera el más profundo abismo del infierno, nunca deberá perder las esperanzas. Sea lo que fuere que le suceda, debe buscar y clamar al Santo, Bendito sea y mantenerse fuerte en aquello que pueda, sea cual fuere la posición en la cual se encuentre. El Santo, Bendito sea, puede ser hallado hasta en el más profundo abismo del infierno. También allí le es posible a la persona unirse al Santo, Bendito sea. Para esto debe ser experta en el “volver.” “Y si en el infierno tiendo mi lecho, allí estás Tú.”

  Sólo es posible retornar al Santo, Bendito sea, siendo experto en estos dos caminos. Por supuesto que se requiere de una gran habilidad y mérito para saber que siempre debemos trabajar y dedicarnos al servicio del Santo, Bendito sea. Siempre y a cada instante debemos anhelar alcanzar el nivel siguiente. Sea cual fuere la condición de la persona, nunca debe permitir que algo la hunda. Nunca debe verse a sí misma de una manera degradante. Cuando llegue a ser experta en estos dos caminos será capaz entonces de andar por el sendero del retorno. La mano del Santo, Bendito sea, se extenderá entonces para recibir su teshuvá. Será digna de encontrar la Gloria del Santo, Bendito sea, y el Hombre volverá al trono (1). Feliz del hombre que sea digno de esto.

sábado, 4 de febrero de 2012

Nuestro "Bitajon"


Tú escribiste que mientras uno se ve asediado por las dificultades y los problemas, no puede sentir la bondad de D", pero que luego, cuando estos disminuyen un poco, es posible ver los milagros de la bondad de D". Yo también sentí esto hace mucho tiempo y conversé de ello cara a cara con nuestro guía, maestro y Rebe, quien me dijo que realmente es así. Sin embargo, la intención es que la persona debe fortalecerse y buscar algún punto que la alivie, especialmente durante un momento de extrema dificultad, de manera que también entonces pueda sentir la generosidad y los milagros de D". Al menos debe creer con una fe completa que por cierto D" es bueno con todos, en todo momento. Que tal como D" lo ha ayudado antes, definitivamente no lo abandonará ahora. Ésta es la esencia de nuestra lucha, ¡transformar el dolor y el llanto en alegría y felicidad!

Carta #251

__._,_.___