viernes, 9 de diciembre de 2011

Una Nueva Senda

Hay otra ventaja en el hecho de expresar nuestros propios pensamientos delante del Santo, bendito sea. Uno puede meditar también recitando súplicas y plegarias que ya han sido compuestas por otras personas. Sin embargo, todas las fuerzas que destruyen el estado meditativo se encuentran al acecho en la senda de tales plegarias. Esto se debe a que esas fuerzas son muy conscientes de tales sendas.
     Es como un camino público. Dado que los bandidos y los asesinos conocen este camino, ellos se esconden allí agazapados en espera del incauto. Pero si uno inaugura una nueva senda o viaja a través de una que aún no es conocida, ningún enemigo lo esperará allí, emboscado.
     De manera similar, cuando la persona expresa sus propios pensamientos delante del Santo, bendito sea, está tomando así un nuevo sendero, componiendo una nueva plegaria. De modo que no es probable que encuentre allí  fuerzas negativas.
     Sin embargo, uno debe también utilizar las otras plegarias y súplicas como parte de la propia meditación.
(Likutey Moharán, II 97)

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