domingo, 18 de diciembre de 2011

“¿Dónde está el centro del universo?”

(Bejorot 8b) 
1. Debes saber que existe una luz más elevada que el Nefesh, el Rúaj y la Neshamá (el alma inferior, el espíritu y el alma superior). Ésa es la luz del Infinito, bendito sea. Y aunque el intelecto no puede aferrar esa luz, sin embargo, la mente corre constantemente tras ella. Al llevar a cabo las mitzvot con alegría, la persona se hace digna de comprender esa luz a través de la combinación de “perseguir y limitarse”, de modo que simultáneamente “la alcanza y no la alcanza”. “De esa manera, se forman Nueve Cámaras que no son luces ni espíritus ni almas. No hay nadie que pueda comprenderlas... no es posible aferrarlas ni conocerlas” (Zohar I, 65a). ¡Feliz la persona digna de que su pensamiento corra detrás de esos conceptos, aunque el intelecto no pueda aprehenderlos debido a que no son alcanzables ni posibles de conocer! Esa percepción es el objetivo final de todo, tal cual está descrito en la enseñanza, “La culminación de todo conocimiento es saber que no sabemos nada”.

2. Al cumplir con las mitzvot con alegría, la santidad alcanza su plenitud y se eleva la vitalidad y la santidad atrapada en las fuerzas de la impureza. Por lo tanto, al realizar una mitzvá con alegría, se eleva a la Presencia Divina desde las fuerzas de la impureza. 
3. Es necesario mantenerse lejos, muy lejos de la depresión, pues las fuerzas de la impureza están íntimamente ligadas a la depresión y corresponden al poder del juicio severo. Cuando prevalece la depresión ello constituye, en efecto, el exilio de la Presencia Divina, dado que la Presencia Divina es la alegría del pueblo judío, como está escrito, “Alegre madre de los niños” (Salmos 113:9). La alegría es el factor principal para neutralizar a las fuerzas de la impureza y elevar la santidad.  
4. Por medio de la ofrenda de incienso, la persona extrae la vitalidad de entre las fuerzas de la impureza y merece la alegría, como está escrito, “El incienso alegra el corazón” (Proverbios 27:9). Por lo tanto, es necesario recitar con una gran concentración el pasaje que describe la ofrenda de incienso en las plegarias de la mañana y de la tarde. Pues la ofrenda de incienso es el medio principal para elevar a todas las chispas de santidad desde las profundidades de las fuerzas de la impureza, y mediante ello se alcanza la alegría.  
5. Cuando se realiza una mitzvá, ésta tiene el poder de ir y despertar a todos los mundos al servicio a D". Consecuentemente, descienden bendiciones sobre todos los mundos - siendo el intelecto la principal bendición que fluye de arriba. Sin embargo, la forma que tome ese intelecto al descender dependerá de la voluntad en particular de la persona. Por lo tanto, aquel que esté interesado en el bienestar de su alma deberá dirigir su voluntad de la manera apropiada para atraer esa bendición de intelecto. También es necesario introducir la fe en esa bendición de intelecto, dado que, como es sabido, no se debe recurrir exclusivamente al intelecto. 

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