miércoles, 7 de diciembre de 2011

Salmos y Teshuvá

Si una persona desea retornar al Santo, bendito sea, debe tomar la costumbre de recitar los Salmos (Tehilim). Recitar Salmos es una práctica específica que tiene el poder de llevar a la persona de retorno hacia el Santo, bendito sea.
     Existen 50 puertas de Teshuvá. De estas, 49 son las puertas a través de las cuales cada persona puede pasar y tener acceso a lo que se encuentra detrás. La puerta 50, sin embargo, es la puerta del propio retorno del Santo, bendito sea, si así pudiera decirse. El concepto del retorno también se ve como aplicándose al Santo, bendito sea, tal cual Él dijo, "Retornen a Mí y Yo retornaré a vosotros" (Malají 3:7).
     Las 49 puertas del retorno se corresponden a las 49 letras de los nombres Hebreos de las doce tribus de Israel. De modo que cada una de estas puertas se encuentra asociada con las letras de los nombres de las tribus.
     Toda persona tiene el deseo interno de experimentar el temor al Santo, bendito sea. Pero no todos son dignos de retornar a Él. Aunque una persona experimente un despertar hacia la Teshuvá, puede no ser capaz de alcanzar la letra y la puerta que le corresponden. Más aún, aunque llegue hasta esa puerta puede encontrarla cerrada. Así, no todos son dignos de  la Teshuvá.
     Pero si la persona, aunque no tenga ningún deseo de retornar al Santo, bendito sea, se dedica igualmente a recitar los Salmos, tal deseo puede despertarse entonces en ella. Es a través de los Salmos que puede ser digna de alcanzar la puerta que le pertenece e incluso llegar a abrirla. Así, mediante el recitado de los Salmos, puede llegar a ser digna de retornar verdaderamente al Santo, bendito sea.
     Esto se encuentra aludido en un versículo (donde el Rey David se llama a sí mismo) "El varón que elevó el yugo... El dulce salmista de Israel" (Samuel II, 23:1). Dice el Talmud que David se llamó a sí mismo "el varón que elevó el yugo" porque fue él quien elevó el yugo de la Teshuvá y del retorno al Santo, bendito sea. Fue específicamente él quien elevó el concepto del arrepentimiento pues él era el "dulce salmista de Israel," quien compuso el Libro de los Salmos. Esto es porque mediante los Salmos la persona puede retornar al Santo, bendito sea. También enseña el Talmud que el Rey David era un Tzadik tan grande que nunca hubiera llegado a tener relaciones con Batsheva. El Santo, bendito sea, permitió que ello le sucediera sólo para enseñarle a cada individuo cómo hacer Teshuvá.
     De modo que el Rey David fue en sí mismo un paradigma del arrepentimiento. Sin embargo, el método más importante que instituyera el Rey David para el arrepentimiento fue precisamente el Libro de los Salmos. Este Libro fue compuesto con tal espíritu e iluminación que cada persona puede encontrarse a sí misma en ellos. Es por ello que al recitar los Salmos la persona puede llegar a ser digna de retornar al Santo, bendito sea.
     Como hemos visto, las 49 puertas del retorno son paralelas a las 49 letras de los nombres de los hijos de Iaacov, los que dieron origen a las doce tribus de Israel. La purificación más importante de las doce tribus, allí donde obtuvieron acceso a las 49 puertas del arrepentimiento,  tuvo lugar en Egipto.
     En hebreo Egipto es conocido como Mitzraim. El nombre Mitzraim está asociado con la palabra metzar, que significa "estrechez de garganta," lo cual está relacionado con el concepto de la clase más elevada de Teshuvá (Teshuvá Ilaa).
     Es por este motivo que luego de ser purificados en Egipto y así ser capaces de salir, los Judíos debieron contar 49 días hasta recibir la Torá en el monte Sinaí. Estos son los 49 días del Omer, que es paralelo de las 49 letras y de las 49 puertas del retorno, tal cual hemos  tratado.
     Fue entonces que en el día 50 del éxodo, "D” descendió sobre el monte Sinaí" (Éxodo 19:20). Esto incluyó el concepto respecto al cual el Santo, bendito sea, dijo, "Yo retornaré a vosotros" (Malají 3:7). Este es el retorno del Mismo Santo, bendito sea, si así pudiera decirse, la 50 puerta del retorno.
      De aquí se aprende que es posible, mediante los Salmos, llegar a ser dignos del arrepentimiento. Esto es algo que se encuentra aludido en las palabras, "Estos son los nombres de los hijos de Israel." Las 49 puertas del retorno son un paralelo de las 49 letras de los nombres de los hijos de Israel, quienes bajaron a Egipto  para ser purificados.
     Vemos por  lo tanto que en épocas de arrepentimiento, tales como durante el mes de Elul y los Diez Días de Teshuvá, es costumbre entre lo Judíos recitar los Salmos. Como hemos dicho, recitar Salmos es una práctica específica que puede llevar a la persona hacia el verdadero arrepentimiento. De modo que es algo muy grande recitar constantemente los Salmos. Los Salmos pueden ser fuente de un tremendo despertar hacia el Santo, bendito sea. Feliz de aquel que sigue este método.
                                                         (Likutey Moharán, II 73)

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