viernes, 11 de noviembre de 2011

Una Nueva Canción

D” misericordioso, revela Tu Providencia Divina a toda la Creación. Renueva el mundo para que todos sepan que todos los sucesos sólo reflejan la Providencia Divina y no los dictados de la naturaleza.
Trae una nueva canción al mundo, una canción de maravillas, como escribió el salmista: "Canta a D” una nueva canción, porque Él ha hecho maravillas". Te ofreceremos nuestras gracias con una nueva canción, por nuestra redención y por nuestra liberación espiritual. Cantaremos, elevaremos cánticos y haremos música delante de Ti, creando nuevas melodías, canciones y alabanzas, canciones de maravillas que trascienden la naturaleza, hasta que podamos experimentar la revelación del Nombre Esencial de D”. Entonces toda la Creación habrá de escuchar la canción de un mundo perfecto, la exaltada canción que emana de las cuatro letras de Tu Nombre Esencial; una canción ejecutada con un instrumento de setenta y dos cuerdas, en cumplimiento del versículo "El mundo será construido con jesed (bondad)".
Señor del Universo: Otórgame el regalo de la vida, que pueda vivir una vida verdadera y no morir, que pueda experimentar la bondad del Mundo que Viene. Sé bueno y Ten gracia conmigo, que pueda oír la canción del futuro, cuando llegue el tiempo en que Tu mundo deba ser transformado y renovado.
Otórgame la fuerza para proteger mis ojos y mis oídos de la ilusión que es este mundo, que no contemple sus vanos encantos ni oiga sus voces vacías. Que no diga ni una sola palabra que no sea para acercarme a Ti y a Tu servicio. Entonces todos mis sentidos serán purificados, para que puedan servir de canal para la verdadera canción, en alabanza de Tu Nombre, grande y santo.
Haz que pueda alejarme del materialismo de este mundo y que no respire su aire; que el aliento de su ilusión no llegue a afectarme. Que mis brazos y mis piernas sólo estén dedicados a Tu servicio. Que mis ojos y mis oídos, que mi boca y mi corazón, que mi intelecto y mi mente, que todo mi cuerpo con sus 248 miembros y 365 tendones, y que todos mis sentidos y capacidades, que todos ellos se unan a Ti en verdad, con un lazo firme y fuerte, dedicados a Tu servicio, por siempre.
Pueda de este modo oír finalmente la santa y maravillosa canción del futuro, la melodía producida con un instrumento de setenta y dos cuerdas. Afortunados los oídos que lleguen a oír esta canción; afortunados aquellos que esperan y anhelan esta melodía. "Afortunado aquel a quien Tú eliges y que acercas a Ti", quien merezca contemplar la ronda de los Tzadikim, cuando llegue el momento en que puedan experimentar esta canción grande y sagrada, por toda la eternidad.
de: Likutei Tefilot (II:200-201)

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