Así será juzgado el hombre

BS"D

Lo esencial del arrepentimiento, el camino del retorno a D", consiste en despertar el bien que se esconde en nosotros. De allí la importancia de no considerar más que los aspectos positivos de la persona: es el mejor medio de permitirle corregir sus errores. Se cuenta la siguiente anécdota:
Saliendo de la sinagoga, un hermoso Shabat por la mañana, Rab Levy Itshak de Berdichev encontró un judío que recorria a grandes zancadas la calle principal con un cigarrillo en la boca.
El tzadik que era conocido como el abogado del pueblo judío ente D", no se aterrorizó en absoluto del espectáculo. Se aproximó al ateo y le preguntó amablemente: "¿Sabes, hijo mio, que hoy es Shabat?" "Desde luego", respondió el hombre. "¿Quizas ignoras entonces que está prohibido encender fuego ?" "Lo sé tambien!" 
Entonces alzando sus ojos al Cielo, el santo hombre exclamó: "¡Señor del Mundo! ¡Fijate cómo el peor de tus hijos se niega a decir una mentira!"
Hay una gran lección que deducir en esta anécdota: la búsqueda del punto positivo de cada circunstancia. El rabino no ha perdonado la transgresión del Shabat, tampoco la ha minimizado. Simplemente ha buscado algo bueno en este hombre, en esta situación.  
Utilizada de esta forma, la indulgencia no es una debilidad, sino una fuerza, algo genial que permitirá salvar situaciones que el rigor habría condenado.
El el capítulo 282 de Likuté Moharan I, El Rebe Najman nos recomienda actuar así, sistemáticamente: Aún si constatas que  la persona está totalmente pervertida, júsgala positivamente. Busca en ella algún punto válido, una Mitzvá o una buena acción...Es imposible que en toda su vida no haya realizado al menos una buena acción... Esta enseñanza se llama "Azamra": "Yo Cantaré".
Rabenu explica más adelante que, con todos los buenos puntos que hayamos podido reunir, compondremos una melodía que nos permitirá cantar, estar contentos. Juzgando a la gente con indulgencia, les permitiremos que hagan Teshubá. El Tzadik no es más que un pastor fiel que juzga el mundo con tanta clemencia que atrae los corazones hacia el bien.